«Mi abuela emigró de Lorca a Argentina con 12 años, a cargo de sus hermanas y en plena Guerra Civil»

Dos de los ocho argentinos descendientes de murcianos que estudiarán en la Región gracias al programa Golondrina lo harán en la UPCT

Publicada el 06.Feb.2017

Ya están en la Región los argentinos, hijos de emigranmtes murcianos, que estudiarán en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) gracias al programa Golondrina, de estancias de estudio e investigación dirigido a los descendientes de murcianos residentes en el exterior.

El presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, ha recibido a ocho estudiantes residentes en Córdoba (Argentina) beneficiarios del programa, de los cuales dos estudiarán en la UPCT. En el acto también ha estado presente el vicerrector de Internacionalización de la UPCT, José Manuel Ferrández.

El programa ‘Golondrina’ se creó en 2006 a través de un convenio entre la Comunidad y la Universidad de Murcia. Desde ese año hasta ahora han sido 68 los jóvenes que han disfrutado de una beca ‘Golondrina’, provenientes de 15 universidades argentinas. Los ocho estudiantes que han sido recibidos por el jefe del Ejecutivo regional son residentes en Córdoba (Argentina).

 

 

 

 

 

 

 

Marco Bellitti Francia y Diego Valle Ferreyra, ambos de la Universidad Nacional de Córdoba, realizarán cuatro asignaturas de sus respectivas titulaciones en Ingeniería Agronómica y Arquitectura en la UPCT.

"Es una experiencia que esperamos nos enriquezca personalmente y nos venga muy bien para el currículum", señala Diego. "Es una oportunidad para conocer diferentes maneras de trabajar", apunta Marco, quien espera aprender técnicas de riego por goteo, casi inexistente en Argentina. "En nuestra ciudad llueve mucho más, cuatro veces más que aquí, y predomina el cultivo de secano", añade.

De Cartagena, ya opinan que "es muy linda" y destacan de la UPCT "el buen estado de conservación de sus hermosos edificios históricos".

La abuela de Diego, nacida en Caravaca, emigró a Argentina con apenas nueve meses de vida, en 1927. La de Marco, de una pedanía de Lorca, lo hizo con doce años, en plena Guerra Civil, y a cargo de sus hermanas pequeñas para trabajar en un lavadero de ropa en Córdoba.