Una alumna de la Facultad advierte de la necesidad de que todos los centros deportivos tengan un desfibrilador

Mercedes junto al desfibrilador de la Facultad de Ciencias de la Empresa
Mercedes junto al desfibrilador de la Facultad de Ciencias de la Empresa
Publicada el 13.Feb.2018

"Todos los centros deportivos deberían tener desfibrilador". Así de contundente se muestra Mercedes Gutiérrez, egresada de la Facultad de Ciencias de la Empresa de la Empresa de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), cuyo Trabajo Fin de Grado refleja que las instalaciones deportivas municipales sí que cuentan con desfibriladores, pero refleja sus dudas sobre si todos los gimnasios privados también lo tienen.

La joven, que ha culminado el Grado en Administración y Dirección de Empresas, concluye que los centros deportivos privados deberían adquirir un desfibrilador automático externo (DESA) debido a que la inversión económica a realizar se recuperaría en poco tiempo.

La investigación surge de la experiencia personal de Mercedes, cuyo hermano sufrió una parada cardíaca mientras practicaba deporte, y que fue reanimado gracias a la pericia de un fisioterapeuta que estaba presente y le practicó la RCP, manteniéndolo con vida hasta que llegó la ambulancia que sí disponía de DESA, ya que el campo de fútbol en el que estaban no lo tenía.

El trabajo ha sido aceptado en la revista 'Retos', donde se publicará durante 2018. Mercedes, espera que su trabajo sirva para animar a todos los centros deportivos privados a adquirir este dispositivo, algo que ya tienen los principales recintos deportivos públicos de Cartagena.


La muerte súbita es un problema de salud pública grave y trágico que puede verse aminorado por la instalación de desfibriladores en diversos puntos de las ciudades. Así, numerosas urbes se han embarcado en proyectos de cardioprotección. Sin embargo, esos dispositivos se sitúan mayoritariamente en espacios públicos deportivos, quedando los centros privados fuera del alcance de esos programas. A través del análisis de una muestra aleatoria de 200 usuarios de un centro deportivo privado, esta investigación ha mostrado que la adquisición de un desfibrilador externo semiautomático (DESA) cuenta con una actitud muy positiva de sus clientes, y una disposición a pagar un sobreprecio en la cuota mensual, lo que hace que la inversión realizada en su compra y formación del personal sea recuperada en relativamente poco espacio de tiempo. Ese lapso temporal se verá previsiblemente acortado si el gimnasio hace una labor de comunicación adecuada, exponiendo las ventajas de practicar deporte en un lugar cardioprotegido. De este modo, esa barrera relacionada con el coste que muchos gestores identificaban para la incorporación de un DESA debería eliminarse y apostar por cardioproteger sus instalaciones.


Las paradas cardiacas extrahospitalarias son un problema de primera magnitud para la salud pública. En Estados Unidos se estima que afecta a más de 350000 personas/año, mientras que en Europa lo hace a unas 27500 personas, lo que supone una tasa de incidencia aproximada de 38 por cada 100000 personas/año. En España, la incidencia se estima en 28/100000 habitantes/año, siendo el uso de reanimación cardiopulmonar (RCP) estimado en 19/100000 habitantes/años; muertes por PC son 10 veces superiores a los fallecimientos relacionados con accidentes de tráfico.

La muerte súbita es la primera causa de muerte en entornos deportivos y recreativos en todo el mundo. Cada minuto que transcurre sin acciones desde la PC se reduce la supervivencia en torno a un 10%. Por ello se debe actuar cuanto antes, preferiblemente antes de los 4 minutos. La única forma de conseguir una mayor supervivencia es un tratamiento adecuado y precoz de las víctimas a través de una RCP y de un acceso rápido y fácil a los DESA, y por supuesto el que la población general tenga conocimientos sobre RCP.

La probabilidad de salvar a una persona con la utilización de un DESA es de un 90% aproximadamente por lo que es esencial actuar lo más rápido posible.