Rastreadores del mar (videorreportaje)

La Politécnica de Cartagena cuenta con una flota de nueve vehículos autónomos que se complementan para realizar rápidas búsquedas e investigaciones en el mar

Publicada el 16.Abr.2014
16.abril.2014.- Del avión malasio al helicóptero hundido en Canarias, estos accidentes de aviación han puesto de actualidad un ámbito de la ingeniería en pleno auge: el desarrollo de vehículos no tripulados para escudriñar los mares. Unos equipos que también son de la mayor utilidad en caso de desastres medioambientales, como el del petrolero Exxon Valdés de cuyo naufragio se han cumplido 25 años.

El Laboratorio de Vehículos Submarinos de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) se ha equipado en sus apenas cuatros de existencia con una complementaria flota de vehículos aéreos, de navegación y submarinos con la que se pueden localizar tanto pecios como vertidos contaminantes y que permite infinidad de investigaciones gracias a los múltiples sensores y aparatos de medida que se pueden implementar en sus diversos equipos.

Los profesores de la UPCT Javier Gilabert y Antonio Guerrero, directores del Laboratorio de Vehículos Submarinos (LVS), estás inmersos en proyectos de investigación a nivel europeo y en colaboración con los ministerios de Defensa y Cultura. El LVS es una unidad multidisciplinar, abierta a cualquier investigador que necesite operar con estos vehículos o desarrollar tecnología para ellos, desde ingenieros electrónicos y de sistemas industriales, ingenieros de telecomunicaciones, ingenieros navales y licenciados en Ciencias del Mar, “porque en el agua tenemos que integrar todas las disciplinas”, subraya Gilabert. Ejemplo de ello es una reciente colaboración con otros investigadores de la UPCT para la recogida de señales acústico-submarinas.

El LVS busca que la UPCT ratifique su lema ‘Fechos allende mar’ y “aproveche las oportunidades que da el acceso al mar”, señala Javier Gilabert. La Politécnica cuenta con un punto de amarre en el Puerto de Cartagena y el Laboratorio de Vehículos Submarinos dispone, gracias a proyectos de investigación en los que han participado sus responsables, de una furgoneta para transportar los equipos y de una pequeña embarcación desde la que operan con ellos en el mar. “Todo está dimensionado para que sea operativo y se puedan poner en práctica lo que desarrollamos en el laboratorio”, sostiene Antonio Guerrero. “Es clave el acceso al mar pero también es fundamental dominar la tecnología, ser capaz de resolver los problemas técnicos y poder hacer avanzar los equipos”, continúa.

Ejercicios a escala
El Laboratorio de Vehículos Submarinos cuenta con cuatro vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés), dos de ellos de tipo quadcopters, para visualizar de forma aérea la zona de interés y rebotar las señales que emiten los vehículos marinos a la base de control. Se cuenta también con un vehículo robotizado de superficie, al que se puede enviar rutas programadas para que las ejecute automáticamente y que transmite en directo a la estación base la información que capta.

Y para indagar en las profundidades se dispone de cuatro vehículos submarinos. Un ROV (vehículo operado remotamente, en inglés) que puede bajar a grandes profundidades y que es manejado y alimentado por un cable umbilical de fibra óptica, por el que también transmite datos e imágenes de alta resolución en tiempo real; un vehículo autónomo submarino (AUV) con hasta ocho horas de autonomía en las que registra una serie de parámetros gracias a sus múltiples sensores y los enmarca en el momento y puntos de geolocalización donde fueron tomados; un mini ROV teleoperado que permite ver con gran detalle zonas de poca profundidad y un vehículo cedido por la Armada Española “con tecnología de control diseñada por nosotros y en la que podemos cambiar e incorporar todo tipo de instrumentación gracias a su elevada capacidad de carga”, explica Antonio Guerrero.

Los distintos vehículos ofrecen la posibilidad de realizar mediciones con radar, sonar de barrido lateral, batimetrías, captación de imagen por ultrasonido, así como sondas de perfilación de sonido y magnetómetros que sirven para distinguir los materiales presentes en el fondo marino. Todas estas funcionalidades tienen un enorme potencial para identificar objetos, como pecios, incluso aunque estén enterrados, para lo que tienen la posibilidad de incorporar una manguera de aire para retirar la arena. También cuentan con sensores de altimetría y profundímetros para medir la distancia a la superficie y al suelo marino, así como sistemas de transmisión para medir la distancia al barco o puesto de control.

El Laboratorio prueba sus vehículos en escenarios a escala. En primer lugar en un pequeño tanque que han construido en su Laboratorio, después en la piscina del CEDIT, posteriormente en el Mar Menor, “un laboratorio en el mar”, señala Gilabert, y ya por último en mar abierto, donde han llegado a sumergir los vehículos hasta a 250 metros de profundidad y han localizado y tomado imágenes de buques hundidos.

“Es un lujo salir del laboratorio a testar los equipos y disfrutar del Mediterráneo y de la magnífica costa de Cartagena”, reconoce Guerrero. “salir al mar es una actividad relajante aunque sea para trabajar, porque desconectas de la rutina habitual del despacho”, añade Gilabert.

Los responsables del LVS revierten parte de la financiación de sus proyectos de investigación en inversión para los vehículos autónomos y para los medios logísticos imprescindibles, como la furgoneta y la embarcación de que disponen. Pero es insuficiente, “necesitamos seguir encontrando proyectos de investigación y seguir contando, como hasta ahora, con el apoyo de la Universidad Politécnica de Cartagena”, indica Guerrero.

Pie de foto: En segunda línea Antonio Guerrero y Javier Gilabert y en primera fila: Francisco López Castejón, investigador contratado y licenciado en Ciencias del Mar; Juan Carlos Molina, ingeniero electrónico, piloto y desarrollador de los sistemas de control de los equipos, y
Dioniso Tudela, ingeniero naval, alumno interno en el grupo de investigación en Ecosistemas y patrón de barco.