«El ingeniero es como un hombre del Renacimiento»

Publicada el 05.Nov.2019



Tiene 26 años. Es doctorando y becario FPU en la UPCT. Juan Domingo González, ‘Juando’, de la pedanía murciana de Javalí Nuevo, es el graduado en Ingeniería Eléctrica con mejor expediente de la UPCT. Ha sido distinguido en el acto del 20 aniversario de la Politécnica. Manifiesta que se siente orgulloso de haberse formado en el sistema público educativo. «Soy un ejemplo de que funciona». Para él «el ingeniero es como un hombre del Renacimiento. Somos multidisciplinares».


¿Ingeniero por vocación o por casualidad?
Por vocación. Me viene un poco de mi padre. A él siempre le ha gustado el cacharreo. Mi padre me inculcó la pasión por la ingeniería. Es aficionado al modelismo. De hecho, preside el Club de Aeromodelismo Clemente Riera. Y, yo desde pequeño, siempre le acompañé.




¿Por qué estudié Ingeniería Eléctrica?
Podía elegir carrera en varias universidades. Saqué un 13,35 en Selectividad. Había hecho el Bachillerato Tecnológico en el instituto Francisco Salzillo de Alcantarilla. Yo quería hacer una carrera técnica. Pero el desplazamiento hasta Cartagena, que la veía lejana, me hizo inclinarme por el doble grado de Matemáticas e Informática en la Universidad de Murcia. Empezaba ese año y me parecía una oportunidad interesante. Comencé el curso y en el puente del Pilar decidí que no estaba en lo que me gustaba. Necesitaba algo más práctico. Llamé a la UPCT. Pude hacer una matrícula fuera de plazo. Tenía dos opciones: Eléctrica y Electrónica, porque eran las dos que no tenían límite de plazas. Opté por Eléctrica porque quería ir a clase por la mañana y seguir entrenando al fútbol por las tardes. Mi idea era cambiarme al año siguiente a Mecánica o a Tecnologías Industriales.

¿Valora la universidad pública?
Yo siempre hago alarde de la educación pública, que es la que me ha traído hasta aquí. Estudié en el instituto Salzillo de Alcantarilla. Después vine aquí y he dedicado muchísimas horas pero al final he tenido mi recompensa.

Su esfuerzo y su constancia se ha traducido en varios premios a lo largo de sus estudios
Sí. Fui premio extraordinario fin de carrera y me concedieron matrícula de honor en los trabajos fin de grado y fin de máster y premio nacional de la Fundación Técnica Industrial al mejor trabajo fin de grado de la rama de Ingeniería Eléctrica y también he sido el mejor expediente de su carrera en el 20 aniversario de la UPCT.

¿Qué te llevó a seguir en Eléctrica?
Me di cuenta que me gustaba. En 4º de la ESO cursé una optativa de Electricidad. Con 6 y 7 años hacía mis circuitos con bombillas, motores, ventiladores… Una vez que estaba en el grado, dedicí quedarme y jamás me he arrepentido. Al final, me quedé. Y por vocación. La vida me llevó donde yo tenía que estar.

¿Por qué la UPCT?
Porque es la Universidad Politécnica de la Región. Y aquí se estudia bien. Yo, como la mayoría de las personas que hemos estudiado una carrera técnica, he tenido algún desencanto en algún momento, pero al final es como en todos sitios. No te lo van a regalar. Las ingenierías son duras, por la dificultad y por el tiempo de dedicación. Pero al final merece la pena, porque lo que te llevas es conocimiento.

Dicen que más que aprender una profesión, estudiar una Ingeniería te enseña a saber sufrir. Lo que coloquialmente dirían: llegas con el callo hecho.

¿Lo mejor de la carrera?
No sabría…

¿Lo peor?
Tienes que sacrificar muchas cosas. Al final dedicas prácticamente la mayor parte del tiempo del día a la carrera. Si de verdad quieres sacarla de forma eficiente tienes que sacrificar momentos con la familia, salidas, ocio… Hay quien lo lleva mejor y quien lo lleva peor. Yo consideraba que era mi deber.

¿Has tenido que echar muchas horas?
Uff!!! Si las contase…

Muchos jóvenes piensan que estudiar una Ingeniería es demasiado duro y que cuando terminas empiezas ganando poquísimo y trabajando muchísimo
Yo no estudié esta carrera por el dinero que podía ganar. Lo que me atraía de la Ingeniería era los conocimientos. De otro modo, quizá me hubiese matriculado en Medicina. Todos empezamos trabajando mucho. Y, después, está un poco en función de nuestra valía. La persona que es válida, lo es en cualquier ámbito. Depende de la capacidad, del interés, del trabajo, del esfuerzo, de la constancia. Un amigo me dice que soy la persona más constante que conoce.


¿Qué es lo que más te gusta de ser ingeniero?
Yo digo que el ingeniero es como el hombre del Renacimiento. Somos multidisciplinares. Además de la Ingeniería, tenemos habilidades para otras muchas cosas. Al final te aporta una gran capacidad de adaptarte a diferentes ámbitos.

Me permite tener un trabajo muy dinámico. Cada día es diferente. Me gusta sobre todo, que el objetivo de mi trabajo es dar soluciones a problemas y, entonces, siempre tienes una motivación. Es verdad eso de que sin motivación no hay rendimiento.

¿Tu experiencia personal en cuanto a la salida laboral de Ingeniería Eléctrica?
Terminando la carrera, solicité una beca de colaboración del Ministerio y entré en el departamento de Ingeniería Térmica y de Fluidos. Trabajé con los profesores Viedma Robles y Sánchez Kaiser. Cuando terminé, comencé el máster en Industrial, porque mi propósito era complementar mi grado con el resto de áreas de la Ingeniería Industrial. En ese momento empecé el Doctorado con Pencho Soto y Roque Torres. El proyecto que me propusieron me pareció tan interesante, que aquí estoy dos años después.
Además, me gusta trabajar en equipos multidisciplinares. Trabajamos de forma conjunta con Agrónomos: Rafael Domingo y Alejandro Pérez. Nosotros desarrollamos equipos para medidas de diferentes parámetros en agricultura de precisión. En concreto, estoy desarrollando un sensor para medir la humedad del suelo. Al final, relacionado con la Ingeniería Eléctrica. Al final, multidisciplinar.

¿En qué marco laboral se está moviendo como Ingeniero Eléctrico?
En mi caso, mi contrato predoctoral FPU me permite iniciarme en la docencia y en la investigación. Sin embargo, el grado en Eléctrica tiene otras muchas salidas laborales. Mis compañeros se están dedicando a diseño de instalaciones de media y baja tensión, al sector de la fotovoltaica, consultoría de energías renovables, programación, diseño de maquinaria agrícola y otras áreas.

¿Cómo ve su futuro?
Ilusionante. A mi me gusta el rap. Uno de mis cantantes preferidos, el alicantino Nach, dice en una de sus canciones: «Aquí el curro es el 99, la suerte es 1».