Antonio Tomás Espín, decano de los ingenieros de Caminos: «No mantener las obras públicas es peligrosísimo»
«Nadie creyó que llegaría la crisis y ahora nadie confía en la recuperación»
Publicada el 19.Abr.2013
“Reducir el mantenimiento de la obra pública es peligrosísimo y tiene un coste. La obra pública se deteriora exponencialmente y la inversión en reparación acabará siendo más cara”, advierte Antonio Tomás Espín, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Región de Murcia y director de la Unidad Predepartamental de Ingeniería Civil en la Universidad Politécnica de Cartagena.
“El principal recorte ha ido a la obra pública”, critica por lo que considera un error. “El 56 % de lo invertido en obra pública se reintegra a corto plazo en la sociedad”, argumenta y añade que “sólo con la construcción no vamos a salir de la crisis, pero sin contar con ella, tampoco”.
Tomás Espín, decano desde junio de 2011, lamenta que los ingenieros de caminos, “un colectivo que históricamente no ha conocido el paro”, tengan ahora una media del 13,4 % de colegiados sin empleo. “Eso es muchísimo para nosotros. Y el paro de los nuevos titulados es mucho mayor, de entre un 50 % y un 70 %. Una barbaridad”, sentencia.
Para los recién graduados “sólo hay dos opciones: o seguir estudiando, si pueden costearlo, o, si quieren trabajar, lo normal es que tengan que irse al extranjero, aunque normalmente con empresas españolas. Hay trabajo en todo el mundo, menos en España y parte de Europa”, resume el decano.
Entre los destinos más frecuentes de los nuevos titulados está Sudamérica, por “las facilidades del idioma” y porque “una de las prioridades de los países emergentes es construir infraestructuras hidráulicas y de transportes. Los ingenieros españoles tienen muy buena fama”, afirma.
Con todo, Antonio Tomás Espín es optimista. “Esto se recuperará”, dice convencido. “Igual que en 2006 nadie creía que entraríamos en crisis, ahora nadie cree que vayamos a salir”.
Aunque “ya no se invertirá alocadamente, habrá que planificar mejor la rentabilidad social y económica de las obras públicas”, concluye.
Agenda en mano, con un ojo atento al teléfono y otro al correo electrónico, es extenuante el día a día del decano, que también dirige la Unidad Predepartamental de Ingeniería Civil en la UPCT.
Una unidad administrativa que echó a andar en 2010 y que ya cuenta con 23 docentes, tres grupos de investigación y cuatro áreas de docencia e investigación en Ingeniería Hidráulica, del Terreno, de la Construcción y de las Infraestructuras del Transporte, que dan clases a 400 alumnos del grado de Ingeniería Civil, del Máster de Ingeniería de Caminos y de varias asignaturas que se imparten en los grados de IDE, Arquitectura y Recursos Minerales y Energía.
Su receta contra el estrés: “una programación exhaustiva de tareas de lunes a viernes y dedicar horas durante el fin de semana a preparar la docencia y a la investigación, que requieren relajación y concentración”. Y el ocio, desterrado. “Mi único hobby es estar con la familia”. Casado y con una hija de cinco años, acaba de cumplir los 42.
“El principal recorte ha ido a la obra pública”, critica por lo que considera un error. “El 56 % de lo invertido en obra pública se reintegra a corto plazo en la sociedad”, argumenta y añade que “sólo con la construcción no vamos a salir de la crisis, pero sin contar con ella, tampoco”.
Tomás Espín, decano desde junio de 2011, lamenta que los ingenieros de caminos, “un colectivo que históricamente no ha conocido el paro”, tengan ahora una media del 13,4 % de colegiados sin empleo. “Eso es muchísimo para nosotros. Y el paro de los nuevos titulados es mucho mayor, de entre un 50 % y un 70 %. Una barbaridad”, sentencia.
Para los recién graduados “sólo hay dos opciones: o seguir estudiando, si pueden costearlo, o, si quieren trabajar, lo normal es que tengan que irse al extranjero, aunque normalmente con empresas españolas. Hay trabajo en todo el mundo, menos en España y parte de Europa”, resume el decano.
Entre los destinos más frecuentes de los nuevos titulados está Sudamérica, por “las facilidades del idioma” y porque “una de las prioridades de los países emergentes es construir infraestructuras hidráulicas y de transportes. Los ingenieros españoles tienen muy buena fama”, afirma.
Con todo, Antonio Tomás Espín es optimista. “Esto se recuperará”, dice convencido. “Igual que en 2006 nadie creía que entraríamos en crisis, ahora nadie cree que vayamos a salir”.
Aunque “ya no se invertirá alocadamente, habrá que planificar mejor la rentabilidad social y económica de las obras públicas”, concluye.
Agenda en mano, con un ojo atento al teléfono y otro al correo electrónico, es extenuante el día a día del decano, que también dirige la Unidad Predepartamental de Ingeniería Civil en la UPCT.
Una unidad administrativa que echó a andar en 2010 y que ya cuenta con 23 docentes, tres grupos de investigación y cuatro áreas de docencia e investigación en Ingeniería Hidráulica, del Terreno, de la Construcción y de las Infraestructuras del Transporte, que dan clases a 400 alumnos del grado de Ingeniería Civil, del Máster de Ingeniería de Caminos y de varias asignaturas que se imparten en los grados de IDE, Arquitectura y Recursos Minerales y Energía.
Su receta contra el estrés: “una programación exhaustiva de tareas de lunes a viernes y dedicar horas durante el fin de semana a preparar la docencia y a la investigación, que requieren relajación y concentración”. Y el ocio, desterrado. “Mi único hobby es estar con la familia”. Casado y con una hija de cinco años, acaba de cumplir los 42.