Pasa de vendedor a ingeniero de pruebas en Decathlon aplicando lo aprendido en la UPCT
«He utilizado la mecánica de fluidos para diseñar mochilas de montaña», explica Joaquín Ochoa, que trabajará desde Los Alpes
En poco más de tres años Joaquín Ochoa ha pasado de ser un vendedor más en la tienda de Decathlon en Cartagena a ser ingeniero de pruebas del Technical Center de la compañía, diseñando y testando productos deportivos de venta en todo el mundo. La puesta en práctica de los conocimientos adquiridos en la Escuela de Industriales de la UPCT ha sido la clave en esta fulgurante carrera.
A los seis meses de comenzar en Espacio Mediterráneo el entonces aún alumno de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) se lanzó a aportar sus conocimientos como ingeniero. “Creé una base de datos con alertas para los pedidos, mejorando la trazabilidad y ahorrando mucho tiempo al equipo, que así podía dedicarlo a la atención al cliente”, rememora. El sistema fue transplantado a otras tiendas, entre ellas la mayor de España.
“En esta empresa puedes ser lo que quieras ser y yo quería ser ingeniero,”, contínua Ochoa, cuya siguiente aportación fue “utilizar lo que he estudiado para explicar la tecnología de productos a los clientes, haciéndola accesible a los mortales”. Así, instaló sensores térmicos en tiendas de campaña que colocó en el propio campus de la UPCT para demostrar cómo descendía la temperatura en su interior. “Quechua me dio la enhorabuena y me dio la oportunidad de conocer el Decathlon Sportslab”, donde donde investigó con polimeros inteligentes para garantizar el confort térmico durante la práctica deportiva en verano.
La compañía francesa detectó rápidamente su talento y lo hizo responsable de las pruebas de laboratorio de todos los balones y pelotas, encargado de crear los test de validación de las exigencias de calidad, inspirados en las normativas de las federaciones deportivas internacionales. Ahora, conocedores de que su pasión es la montaña, lo trasladan a Los Alpes, donde se está gestando el centro mundial para los materiales de montaña de Decathlon. Y ya ha aportado su genio ingenieril usando “la mecánica de fluidos que me enseñó Antonio Viedma para calcular dónde colocar los agujeros en las mochilas de barranquismo para que se vacíen en el mínimo tiempo posible sin comprometer su seguridad”, explica.
“Lo bueno de la Ingeniería Industrial es que te hace muy polivalente y te enseña a saber buscar. Y trabajar en lo que te gusta te da una energía tremenda. Ahora que sé todas las aplicaciones que tienen, me arrepiento de no haber estudiado con más pasión algunas asignaturas. Si volviera a la Universidad, me comería los libros”, asegura este granadino que eligió la UPCT “por sus instalaciones y por la buena ratio entre profesor y alumnos. Era como seguir en el instituto”, cuenta.