Diseña en la UPCT un corredor ecológico y cultural de diez kilómetros desde La Ñora a Monteagudo
El proyecto propone la semipeatonalización de la Senda de Granada y la apertura de acequias para preservar el paisaje de Huerta
El trabajo final de estudios del nuevo arquitecto por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) Sergio Sáez Ruano proyecta un inmenso corredor que conecta las zonas de huerta al norte de la ciudad de Murcia para preservar el paisaje tradicional y promover itinerarios turísticos entre lugares tan emblemáticos como la noria de La Ñora, el palmeral de Santiago y Zaraiche y los castillos árabes de Monteagudo.
El proyecto urbanístico, que han dirigido los profesores Fernando García y Marcos Ros, plantea la creación de un camino rodeado de huertas, acequias y jardines a lo largo de los diez kilómetros que separan las pedanías de La Ñora y Monteagudo, recuperando el trazado de la Senda de Granada, el eje comercial por el que circuló la ruta de la seda murciana.
El estudiante del grado en Arquitectura de la UPCT propone “un corredor huertano para coser el municipio de este a oeste”, para compaginar el crecimiento de la ciudad con la conservación del patrimonio natural y con la memoria de la importancia que ha tenido la Huerta para Murcia.
Los planos que ha elaborado incluyen la creación de huertos urbanos en las zonas de la ciudad que atraviesa el corredor y la apertura de acequias ahora entubadas entre La Ñora y Guadalupe y entre la noria y la Fábrica de la Pólvora.
El pavimento del camino proyectado sería de piedra natural, por lo que permitiría también el tránsito de ciclistas y patinadores, así como de vehículos de mantenimiento y de vecinos y comerciantes en los tramos que aún se conservan de la Senda de Granada.
El corredor tendría un uso principalmente cultural y recreativo, “facilitando que muchos murcianos descubran joyas de la Huerta que desconocen”, explica el alumno de la Escuela de Arquitectura y Edificación, y también busca promover la construcción y rehabilitación de viviendas asociadas a los usos huertanos. “La Huerta necesita personas que la mantengan”, advierte el joven arquitecto.