Programar para compartir

La asociación de estudiantes IEEE de la UPCT enseña valores y contenidos tecnológicos a niños de entornos sociales difíciles

Publicada el 06.Abr.2016
6.abr.2016.- Hasta hace unas semanas los niños de la barriada Virgen de la Caridad, en Cartagena, desconocían qué era eso de programar ni que los ingenieros son, a menudo, los que se encargan de dar forma a los videojuegos antes de que lleguen al mercado. Pero desde que voluntarios de la asociación IEEE de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) pusieron el pie en el local social del barrio, estos pequeños son capaces de crear sencillos programas con el ordenador.

Para muchos de ellos su tarde favorita de la semana son los viernes. No porque sea cuando empieza el fin de semana, sino porque es cuando pueden pasar unas horas delante del ordenador haciendo algo que, dicen, les apasiona: “crear videojuegos”. Éste es uno de los cometidos que propusieron tanto el responsable de la asociación IEEE, Juan Suardíaz, como el responsable de actividad social y de voluntariado, Felipe Segura, cuando propusieron al Ayuntamiento de Cartagena y al Proyecto Abraham organizar por primera vez el taller ‘Aprende a programar con Scratch. Crea tus propios videojuegos’.

“Queremos aplicar la ingeniería o la tecnología para transformar la sociedad”. Así de contundente suena Segura cuando observa orgulloso todo lo que han conseguido enseñar él y Patricia Gómez, otra de las voluntarias, a los pequeños durante poco más de un mes. Cuenta que además de mostrar a los niños los conceptos básicos de la programación o cómo funciona Scratch, una plataforma del Instituto Tecnológico de Massachusetts para acercar la programación a los niños, también les instruyen en valores como el de compartir.

“Trabajamos en una doble línea. Les enseñamos conocimientos, pero también a compartir ordenador, ratón… La dificultad principal es trabajar un concepto potente de programación con niños que no habían tocado antes este lenguaje y de un entorno social determinado”, explica el responsable de voluntariado.

Están seguros de que a través de estas lecciones tecnológicas han sembrado la semilla de la ingeniería o de cualquier carrera que tenga que ver con la tecnología en estos jóvenes. “Alguno me ha dicho ya que de mayor quiere dedicarse a hacer videojuegos”, admite con una sonrisa Segura. Y es que, él es consciente de que la curiosidad de los más pequeños es innata, solo hace falta darle un empujoncito. Y eso es precisamente lo que propone la asociación IEEE llevar estas ramas del saber a entornos donde no hay tanta facilidad de medios para darlas a conocer.