“Un barrio para todos”, así define el ya arquitecto por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) Antonio López Cardoso su propuesta de regeneración urbana, preservación y reactivación de Los Mateos con la que ha concluido el grado en Arquitectura.

El trabajo, que han dirigido los profesores Marcos Ros y Fernando García, del Laboratorio de Investigación Urbana, propone abrir el barrio eliminando las “barreras físicas y mentales” que lo cercan y dinamizarlo cultural y turísticamente a partir del conocido como ‘castillo de Los Moros’.

“El objetivo es regenerar uno de los barrios más vulnerables de Cartagena”, resume el estudiante, citando los datos de paro y abandono escolar, el estado de conservación y antigüedad de las viviendas, la falta de equipamientos sociales y zonas verdes y la escasez de comercios en Los Mateos. “Que no se lleven a cabo medidas de regeneración genera frustración”, advierte.

El recién titulado por la UPCT, quien ya trabaja en un estudio de Arquitectura, colaboró durante la carrera en el proyecto europeo UrbAct MAPS (Military Assets as Public Space), en el que participó el Ayuntamiento de Cartagena y durante el que se redactó un Plan de Actuación Integral para la regeneración del barrio de Los Mateos a través de la revalorización del castillo. “Seguiremos concurriendo a convocatorias internacionales para buscar financiación que permita implementar el plan”, comenta la profesora María Jesús Peñalver, coordinadora técnica del proyecto.

El alumno de la Escuela de Arquitectura y Edificación analizó el estado de conservación de las viviendas del barrio y propone su preservación, salvo las más deterioradas, realojando a sus habitantes en viviendas de protección oficial. El proyecto de Antonio López también incluye el diseño de un centro sociocultural con salas de formación, coworking y recreativas. “Las propuestas arquitectónicas de los alumnos son una aportación académica a la sociedad”, resalta Marcos Ros.

Para facilitar los accesos al barrio, el estudiante propone demoler el edificio de FEVE y llevar las cocheras a unos terrenos cercanos al hospital de Santa Lucía, manteniendo el apeadero junto a la estación de autobuses. “Hay que adaptar la línea de FEVE al barrio, no al contrario”, señala López Cardoso, que también ha diseñado rampas para hacer accesible la bajada a la estación de tren y escaleras mecánicas para remontar las pronunciadas pendientes del barrio en el entorno de la iglesia.

La participación ciudadana es otra de las claves del proyecto, que propone contar con la población de barrio en las tareas de rehabilitación de viviendas y de reutilización de los solares vacíos en espacios de interrelación social como huertos urbanos.

El proyecto incluye un mirador y el diseño de un carril bici y un recorrido por espacios libres que permitiría transitar por calles ahora bloqueadas.