Dos egresados de la UPCT crean una empresa de proyectos e instalaciones fotovoltaicas
Los jóvenes ingenieros ofrecen recreaciones en 3D del impacto visual de los paneles, la previsión de facturas de luz a 25 años y opciones de ‘leasing’ y de compra anticipada de los excedentes eléctricos
El decreto 244/19 de 5 de abril, que regula el autoconsumo eléctrico, “ha abierto un mundo de oportunidades para comunidades de vecinos, empresas, centros educativos y viviendas particulares”, afirman los recién titulados por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) Gonzalo Cruzado Mercader y Miguel Martínez Royo, que han creado la empresa Crusol, de proyectos e instalaciones fotovoltaicas.
“Por primera vez, es más rentable generar tu propia electricidad que comprarla”, asegura Cruzado, abogando por cambiar el paradigma del sistema energético, para que “las ciudades dejen de ser sumideros eléctricos y se conviertan en generadoras de energía”. Una transformación que será aún más necesaria en el futuro cercano. “El boom de los coches eléctricos va a requerir que los clientes se hagan productores”, sostienen estos jóvenes emprendedores.
Gonzalo Cruzado es titulado en Ingeniería Química Industrial por la UPCT, en la que Miguel Martínez estudió el grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales y el máster en Ingeniería Industrial. “De la Politécnica de Cartagena se sale preparado para enfrentarte a cualquier problema, gracias a sus exigentes profesores”, resalta Cruzado, quien durante su etapa de alumno adquirió experiencia empresarial organizando fiestas de estudiantes. “Llegué a gestionar equipos de 80 personas”, rememora.
Su novísima empresa ya está firmando contratos y cerrando proyectos de instalaciones fotovoltaicas en naves industriales y comunidades de vecinos. El autoconsumo comunitario, entes prohibido y penalizado, y la posibilidad de vender los excedentes “harán más competitivas a las empresas y es una enorme oportunidad para los colegios, que cuentan con amplias superficies con grandes periodos sin consumo para rentabilizar los excedentes generados”, recomiendan. “Los precios de los equipos han bajado muchísimo y ya no hay que invertir en baterías, pues la electricidad sobrante se puede volcar a la red”, explica Martínez Royo.
Los periodos de amortización de estas instalaciones son de entre 6 y 8 años, en función de la potencia instalada y los patrones de consumo. “Lo importante es hacer instalaciones a medida, para acompasar la curva de generación fotovoltaica diaria a la curva de consumo”, razonan los egresados de la Politécnica, que cuentan con un software que permite conocer instantáneamente las pautas de consumo por horas en las comunidades de vecinos.
La empresa, en la que también participa el empresario David Ayala aportando su experiencia en el mundo de los negocios, oferta la proyección en 3D de las instalaciones fotovoltaicas para anticipar su impacto visual y estudiar las sombras que le generarán los edificios a su alrededor. La compañía también es representante de comercializadoras eléctricas, “para conseguir para nuestros clientes tarifas acordes a sus instalaciones fotovoltaicas”, añaden. Para ilustrar el ahorro que se puede conseguir, generar la simulación de las facturas eléctricas resultantes para los próximos 25 años. Otros opciones adicionales que ofrecen son la compra anticipada de los excedentes eléctricos, ‘leasing’ para adquirir a plazo el equipamiento y servicio de mantenimiento.
Crusol (www.crusol.com) está ubicada en el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Cartagena (CEEIC), donde además de la cesión de espacio han recibido asesoramiento por parte del coordinador de proyectos de Industria 4.0, José Carlos García. “Además de la formación obtenida en la Universidad nos han sido de mucha utilidad los cursos del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales”, comenta Cruzado.