Investigadores de la UPCT experimentarán con el cultivo de trufa del desierto en terrenos del Ayuntamiento de Cartagena
El Ayuntamiento de Cartagena cederá una parcela de 1.500 metros cuadrados, junto al albergue de Tallante, para el cultivo experimental de la denominada trufa del desierto o turma. Se trata de un hongo que crece en zonas con escasez de lluvia y terrenos semiáridos que, en caso de fructificar, permitirá revalorizar entornos rurales desfavorecidos y servirá además para introducir un nuevo producto a la gastronomía española.
La cesión se acordó ayer durante una reunión de la alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, la concejala de Medio Ambiente, Cristina Mora, y el catedrático de Producción Vegetal de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), Juan José Martínez.
“Esta trufa del desierto fue uno de los productos estrella empleados por la chef cartagenera María Gómez, del restaurante Magoga, en la última edición de Madrid Fusión. Por lo tanto podemos decir que es una exquisitez y que, si logramos que fructifique en nuestro municipio, contribuirá a rentabilizar los terrenos de cultivo de la zona oeste”, ha afirmado la alcaldesa Ana Belén Castejón.
También han fijado para el próximo 20 de febrero una jornada dedicada a este cultivo. Así, por la mañana se realizará una visita junto con la Asociación Española de Turmicultura y la Entidad de Conservación del Garbancillo de Tallante, que harán una demostración de cómo se cultiva la trufa del desierto a los agricultores de la zona. Ya por la tarde, tendrá lugar una charla coloquio en la que hosteleros y agricultores conocerán las ventajas de este producto.
“En la zona del Mediterráneo, la mayoría de las pruebas con este cultivo han sido un éxito y creemos que es una buena oportunidad de negocio para Cartagena, con el que no ponemos en riesgo las peculiaridades que caracterizan este entorno natural”, ha indicado Castejón.
A diferencia de la trufa negra, la turma o trufa del desierto no es un condimento sino un alimento en sí mismo, contiene proteína vegetal, fibra y altas concentraciones de ácidos grasos Omega 3 y 6, muy necesarios para el ser humano. La trufa del desierto crece sobre tierra y para ello debe estar en simbiosis con la jarilla, un arbusto típico del Mediterráneo.