Cultivo marciano, secuestro de carbono y estrés postcosecha: vuelven las Rutas Biotecnológicas
Más de un centenar de estudiantes de Bachillerato de institutos murcianos han realizado esta mañana prácticas de Ingeniería Agronómica en la Estación Agroalimentaria Experimental Tomás Ferro de la UPCT, en la primera jornada de las Rutas Biotecnológicas, que regresan este año tras el parón por la pandemia.
Unos 350 alumnos preuniversitarios de diez centros educativos van a participar en esta edición de las Rutas Biotecnológicas, que proseguirá los dos próximos viernes. En cada sesión, todos los alumnos participan en tres talleres prácticos sobre investigaciones desarrolladas en la Politécnica de Cartagena. “El objetivo es que sepan lo que hacemos, nuestras instalaciones y las salidas profesionales”, explica la directora de la Escuela de Agrónomos, Arantxa Aznar.
“Dos de nuestros exalumnos estudian el grado en Ingeniería Agroalimentaria y Sistemas Biológicos”, comenta el profesor de Biología del IES La Basílica, un centro que cada año solicita la asistencia a estas Rutas Biotecnológicas. “Aprenden mucho viendo en directo y experimentalmente lo que han estudiado teóricamente”, añade el docente. “La visita está reforzando mis ganas de estudiar Ingeniería Agronómica”, certifica Álvaro Esteban López, alumno del IES Alquibla.
Hoy, estudiantes de los IES Alfonso X, de Murcia, La Basílica, de Algezares, y Alquibla, de La Alberca, han descubierto las técnicas hidropónicos de plantación sin suelo, en el taller ‘El cultivo en Marte’. “Los alumnos han preparado las sales aplicadas en la fertirrigación”, detalla la investigadora Mari Carmen Martínez Ballesta.
También han conocido cómo el suelo puede ser un recurso para mitigar el cambio climático secuestrando carbono. “Analizando la cantidad de dicromato potásico que no reacciona al carbono de las muestras analizadas hallamos el contenido en materia orgánica del suelo y su capacidad para retener el carbono”, explica por su parte la investigadora Virginia Sánchez Navarro.
El alumnado ha podido también experimentar con herramientas de análisis de la calidad de frutas y verduras como refractómetros, texturómetros, colorímetros y analizadores de gases, replicando los test que realiza la industria agroalimentaria para ajustarse al gusto de los consumidores. “Han podido comprobar que las frutas respiran y lo hacen aún más cuando están cortadas porque sufren un estrés y lo expresa con esta actividad metabólica”, especifica la también investigadora Encarna Aguayo.
Las Rutas Biotecnológicas cuentan con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia e Innovación.