Este proyecto de investigación está enmarcado en el campo de la Lengua castellana, concretamente en el lenguaje humano, adentrándose en la Inteligencia Artificial. Pero… ¿Logrará la Inteligencia Artificial (IA) igualar al cerebro humano? Por ahora “simula” los procesos de la inteligencia humana especialmente mediante sistemas informáticos y es capaz de usar su lenguaje. Se ha podido documentar que la ciencia ya ha trabajado en el procesamiento del lenguaje natural (PLN) y ha logrado la interacción entre las personas y las máquinas usando el lenguaje humano y, además, han demostrado que la IA es capaz de procesar y generar ese lenguaje. También está comprobado que es capaz de interpretar un mensaje, de entender su significado y de crear uno nuevo. Los datos obtenidos nos dicen que la ambigüedad que plantea el nivel pragmático no está resuelta todavía. Es decir, el lenguaje humano no solo codifica y descodifica, sino que realiza “actos ilocutivos” y “perlocutivos” donde son necesarias las representaciones extralingüísticas (contexto: gestos, tono de voz o experiencia personal previa). La IA resuelve procesos semánticos porque son algorítmicos, pero fracasa cuando aparece información extralingüística. Esto les ocurre a Siri, Alexa, Cortana y al Asistente de Google (inteligencias utilizadas para esta investigación), son capaces de trasmitir información sobre la estrella más grande del Universo, pero no entienden el sarcasmo en “eres un angelito”. La mejor respuesta la ha dado Alexa porque es capaz de interactuar con el interlocutor. Este trabajo relaciona la IA con el lenguaje, pero esta inteligencia lleva tiempo trabajando en aplicaciones que mejoren la vida de los humanos. Intentan resolver problemas sobre computación, medicina (redes neuronales artificiales), robots, comunicación (servicios de atención al cliente), mecánica de coches, juegos digitales o simuladores de vuelo. ¿En el futuro las máquinas nos persuadirán, expresarán emociones, tendrán imaginación, no cometerán errores y tendrán empatía?