4.- RECORRIDO POR LA CARRETERA DEL
33
4.1.- PARADA Nº 1 - APROXIMACIÓN
AL PAISAJE MINERO
El paisaje minero de esta zona está
caracterizado por la presencia de una serie de elementos
antrópicos que modifican más o menos profundamente el
relieve natural: Pantanos o balsas de lodos, escombreras
o terreras, escoriales de fundición o gacheros, y
diversos tipos de excavaciones: cortas, zanjones,
socavones, acompañados de una serie de ingenios mineros
como pozos, castilletes, chimeneas, hornos y lavaderos
de mineral.
En la primera parada de este recorrido
se presentan estos elementos
a) Pantano de lavadero o Balsa
de lodos.- Una balsa de lodos es un depósito de
sedimentos de granulometría muy fina,
limos-arcillas, constituidos por los residuos del
proceso de lavado y concentración del mineral extraído
de las minas. En el caso más general se trataba de
separar los sulfuros metálicos de los demás
componentes mineralógicos que integran el mineral
bruto. Este proceso de separación siempre es
imperfecto, por lo que los residuos resultantes o estériles,
no son tal sino que siempre contienen una proporción
relativamente importante de compuestos metálicos, cuya
lixiviación por las lluvias puede tener una cierta
incidencia medioambiental. Por otra parte, la fina
granulometría de los materiales y el proceso de
sedimentación de esos pantanos, da como resultado unos
depósitos perfectamente estratificados, que los
estudiantes de geología, no conocedores de la zona,
confunden normalmente con materiales sedimentarios
naturales.
Nos encontramos ante la balsa de
lodos, también llamada por los mineros "pantano de
macos”, procedente del lavadero de las minas Pablo y
Virginia. El sistema constructivo de estas balsas
consistía en preparar sobre el suelo una fila de tablas
que forman el perímetro de la balsa, y unas estacas que
de forma escalonada dan formar prismática a la balsa.
b) Horno (H-17).- Se observa uno de
los numerosos hornos para tostación del mineral
que existían en la sierra. La referencia corresponde al
inventario de elementos arqueoindustriales o
arqueomineros de la sierra. Foto núm. 1.
c) Gachero.- Un gachero es un depósito
de las escorias procedentes de la fundición de sulfuros
de plomo en un horno de fundición. Estos depósitos son
muy abundantes en todo el término de La Unión, donde a
principios de siglo llegó a haber 17 fundiciones.
Foto núm.1.- Horno de tostación de
minerales de finales del siglo XIX.
d) Surgencia.- En muchos casos las
labores mineras penetran bajo el nivel piezométrico y
pueden dar lugar a surgencias de agua. Eso ocurre en la
galería situada cerca del horno H-17. La evaporación
de estas aguas deja unas fuertes coloraciones sobre el
camino, por la precipitación de sulfatos de hierro
4.2.- PARADA Nº 2.- INICIO
DE LA CUESTA DE LAS LAJAS: ASPECTOS DEL ZÓCALO
PALEOZOICO DE LA SIERRA
El substrato Paleozoico de la sierra,
normalmente cubierto por un espesor importante de
materiales Permotriásicos, Triásicos y Miocenos,
aparece aflorante en todo el paraje de Las Lajas debido
a la estructura en horst de ésta. Se trata de observar
aspectos litológicos y estructurales de este
Paleozoico, formado principalmente por esquistos
grafitosos negros y cuarcitas grises fuertemente
plegados. A destacar en particular un pliegue tumbado
claramente observable sobre el talud de la carretera.
Foto núm. 2.- Chimenea serpentín de
la fundición “Trinidad de Rentero”
Aprovechamos también esta parada para
observar, mirando hacia el oeste, una gran estructura
serpentiforme de obra (foto núm. 2), que se apoya sobre
el monte, y que corresponde a la chimenea-serpentín de
condensación de humos de una fundición de plomo que
existía cerca de la factoría de La Maquinista de
Levante, llamada Trinidad de Rentero.
4.3.- PARADA Nº 3: ROMPECANTOS
Debido a la gran curva que describe la
carretera hacia el este, se sale del Palozoico y
discurre por materiales de la cobertura Alpujárride
formado por filitas a la base y rocas carbonatadas al
techo, en parte reemplazadas por minerales de hierro, de
ahí los tonos ocres del terreno y el nombre con el que
se conoce este paraje “Lomas de los Coloraos”.
Como la toponimia local indica
“Rompecantos” corresponde a una zona de grandes
cantos o bloques. Son dolomías triásicas
pertenecientes a la unidad Alpujárride inferior o
de San Ginés, intensamente fracturadas y con
aspecto de bloques caóticamente amontonados. Foto núm.
3
Foto núm. 3.- “Rompecantos” Caos de bloques de
dolomías.
El estado de las rocas fragmentadas es
natural, y obedece a un proceso de subsidencia del
terreno, provocado por la oxidación de masas de
sulfuros próximos a la superficie (o primer manto de
los mineros). Este cambio de sulfuro a óxido conlleva
una disminución de volumen rocoso por lo cual se
produce una subsidencia, y en consecuencia la rotura de
las rocas de la cobertera.
4.4.- PARADA Nº 4: Junto al pozo
M-160 (453) OBSERVACIÓN DE UNA MINERALIZACIÓN
ESTRATIFORME OXIDADA
Se trata de observar el afloramiento
del principal cuerpo mineralizado de la sierra, el
llamado “segundo manto”, de carácter estratiforme,
que aparece en superficie bajo forma oxidada, y en
profundidad en forma de sulfuros complejos, con pirita,
esfalerita, galena calcopirita, etc. Estratigráficamente
se sitúa a la base de la unidad Nevado-Filábride
superior, descansando sobre los materiales Paleozoicos
del Nevado-Filábride inferior ya descritos.
El afloramiento, sobre el que hay
excavadas unas galerías y un pozo, destaca por los
vivos colores ocres, rojos, amarillos (foto núm. 4).
Los tonos amarillos son de Jarosita [(SO4)2KFe3(OH)6],
Los tonos ocres y rojos son Goethita (FeOOH), hematites
y jaspes hematíticos.
Foto núm. 4.- Afloramiento de mineral
estratiforme oxidado.
El manto de mineral buza hacia el Este
(hacia el monte) y sobre este afloramiento se puede
observar una falla, sobre la que se abre una galería,
que desplaza al manto hundiendo el bloque sur respecto
al bloque norte.
La concesión minera donde nos
encontramos se denomina “Pablo y Virginia”.
4.5.- PARADA Nº 5.- EXPLOTACIONES
DE ESTAÑO DE LA MINA REMUNERADA
Las mineralizaciones de Estaño que
aparecen en La Cuesta de las Lajas y en La Crisoleja,
constituyen un tipo de yacimiento muy particular
totalmente diferente de los demás yacimientos estanníferos
de la Península Ibérica, que están asociados a
granitos Hercínicos (Galicia, Extremadura, Sistema
central, etc.), o bien a depósitos volcano-sedimentarios
de sulfuros, como en la Faja Pirítica Ibérica.
A diferencia de esos casos, el estaño
de la Sierra de Cartagena se encuentra asociado a
domos y diques de rocas volcánicas ácidas (dacitas y
traquiandesitas) post-Mioceno, con una fuerte alteración
hidrotermal, y presenta una particular paragénesis:
casiterita xiloide, hematites, pirita y cuarzo. Esta
casiterita xiloide o estaño de madera, variedad de SnO2
de baja temperatura, está intensamente entrecrecido con
la hematites y no es posible generalmente distinguirla a
simple vista. Es preciso recurrir al microscopio sobre
sección pulida y con nícoles cruzados para
diferenciarla claramente de otros componentes, por su
color marrón acaramelado, su zonalidad y su
textura fibroso radiada, como se puede apreciar en la
microfotografía adjunta correspondiente a una muestra
de la mina Remunerada(foto núm. 5).
Foto núm. 5.- Casiterita xiloide en
una brecha de cuarzo y limonita. (NCx150) (A.Arribas)
Este tipo de yacimiento, así como
difiere totalmente del resto de los depósitos
estanniferos españoles, guarda en cambio grandes analogías
con yacimientos de Sn americanos como los de Durango (México)
o los del distrito de Oruro y Llallagua (Bolivia).
Foto núm. 6.- Contacto entre el
dique-brecha y el Paleozóico
Asociados a los diques de roca volcánica
de esta zona de Cuesta de las Lajas y de La Crisoleja,
en la parte más alta de la sierra, aparecen unas
formaciones rocosas conocidas como diques brecha o
breccia pipes, que como su nombre indica son
formaciones rocosas constituidas por gruesos fragmentos
poligénicos de roca, formados por la acción
compresiva de las intrusiones de magma y el posterior
efecto de colapso de las rocas encajantes. Un sondeo
realizado por la SMMPE en la parte alta de esta brecha
confirmó que en profundidad bajo ella había un dique
de volcanitas.
En
esta parada se observa muy bien uno de estos diques
brecha que corta a los materiales paleozoicos.
Las mineralizaciones de Sn se
encuentran diseminadas y en reticulaciones dentro de la
brecha, pero sobre todo en el contacto entre ésta y
los esquistos y cuarcitas del Paleozoico (foto núm.6).
La explotación minera se hizo sobre
todo a lo largo del ese contacto, parte en subterráneo
y parte a cielo abierto, siendo el resultado una enorme
zanja o tajo, a cuyo interior se puede acceder a través
de una galería (foto núm. 7). La explotación tuvo
lugar principalmente entre 1920 y 1940. El mineral se
trataba en lavadero para separar la casiterita de la
hematites, y otras gangas. Esta separación se hacía
por gravimetría, aprovechando la mayor densidad de la
casiterita. La mina se reabrió sobre 1950 durante unos
años, sin mucho éxito económico, ya que entre la
dificultad de conseguir concentrados limpios, y la
escasa potencia de los filones (centimétricos) que
forzaba a trabajar en ratoneras, la operación no
resultaba viable.
En el interior de la mina resaltan
unas coloraciones blancas y otras amarillas. El
Foto núm.7.- Explotación de estaño
a tajo abierto.Mina “Remunerada”
mineral de color blanco es alunita
[(SO4)2KAl3(OH)6], y el de color amarillo es
jarosita [(SO4)2KFe3(OH)6], minerales típicos de
yacimientos hidrotermales de baja temperatura.
4.6.- PARADA 6. COLADERO DE MINERAL
Se trata de un sistema de transporte
del mineral, utilizado para salvar las fuertes
diferencias de cota entre la bocamina y el lavadero,
aprovechando la fuerza de la gravedad. Consta de un
punto de descarga o tolva, excavada en la roca
(cuarcitas del Paleozoico) que permite que el mineral
caiga sobre un canal de fuerte pendiente, o semichimenea,
excavada en la roca, en cuyo extremo inferior se abre
una galería subterránea que sirve para almacenar y
regular la salida del mineral, para alimentar al
lavadero. Se advierte que es peligroso asomarse a estas
tolvas pues la caída sería mortal, recomendándose la
máxima prudencia.
4.7.- PARADA 7. MINA PABLO Y
VIRGINIA
Al
llegar a esta mina, lo primero que nos encontramos es
con la parte inferior de una tolva donde se cargaban los
minerales. En el interior de encuentran eflorescencias
de un mineral de color amarillento, se trata de
melanterita ( SO4 Fe. 7H2O) que procede de la oxidación
de la pirita (S2Fe), que como puede observarse se
encuentra abundantemente, debido a que a finales de la década
de los 60 esta mina explotaba pirita.
A la parte superior de la tolva se
accede por unas escaleras, y allí encontramos un túnel
de entrada a la mina (foto núm. 8). Siguiendo una
senda, hacia el sur encontramos otro túnel que es la
entrada principal de esta mina. Esta explotación se
puede hacer visitable al público pero sería
imprescindible una serie de actuaciones para garantizar
la seguridad de los visitantes, ya que existen zonas con
desprendimientos, coladeros o tolvas en el suelo, etc.
Foto núm. 8.- Túnel de entrada a la
mina “Pablo y Virgínia”
4.8.- PARADA Nº 8 - LA CRISOLEJA
Tras
culminar la subida y alcanzar el collado de Las Lajas,
dejamos a nuestra izquierda un camino, conocido como la
Cuesta del Gato, que conduce a la mina La Cuarta que
tuvo una importante producción de estaño, y
continuamos por la carretera del 33, ahora bajando
suavemente hacia el sur y llegamos a la zona
denominada La Crisoleja. Como es habitual la toponimia
del lugar nos da una síntesis de su aspecto: lugar
donde se han fundido metales. Los colores predominantes
en La Crisoleja son el pardo rojizo, y los ocres de
diversos tonos, que junto al atormentado relieve minero
nos pueden hacer evocar lo que bien
Foto núm. 9.- Panorámica de “La
Crisoleja”
pudiera ser la superficie del planeta
Marte, salvo por la vegetación, cuyos verdes contrastan
con gran belleza sobre los ocres de las rocas. En las
fotos 9 y10 se muestran algunos aspectos del paisaje de
La Crisoleja.
Foto núm.10.- Un aspecto parcial de
“la Crisoleja”.
Las características de esta zona están
ligadas a la existencia de un gran domo volcánico(dacitas
y traquiandesitas post miocenas), acompañado de un
cortejo de diques volcánicos, en relación con
los cuales se produjo una intensísima alteración
hidrotermal, acompañada de mineralizaciones,
fundamentalmente de Fe, y en mucha menor importancia de
Pb, Ag, Cu, Sn, etc. Tan fuerte es la alteración de las
rocas que en muchos casos es casi imposible determinar
con certeza cuál era la roca original. Una de las
consecuencias de la actividad hidrotermal fue la
piritización-silicificación de las rocas encajantes
del domo volcánico, lo que posteriormente tras un
proceso de oxidación dio lugar a un enorme gossan o
montera de óxidos, formada por una costra
ferruginoso-silícea que llegaba a superar los 40 metros
de espesor en algunas zonas. Por debajo de esta montera,
tanto en la roca volcánica como en las rocas encajantes
se desarrolló un
stockwork o reticulado de vetillas
mineralizadas, en algunos casos con estaño (la
casiterita xiloide ya citada). En la figura núm. 3 se
representa, en sección, un esquema geológico del domo
volcánico de La Crisoleja y de las mineralizaciones
epitermales asociadas. Para poder observar bien ese
domo, se debe tomar un camino que va hacia el oeste, a
la antigua mina de “Segundo Carbonato”
Estas
mineralizaciones dieron lugar a dos tipos de
explotaciones mineras: por una parte pequeñas
excavaciones muy selectivas (ratoneras), para buscar el
estaño, el plomo y la plata; y por otro lado grandes
explotaciones a cielo abierto o
canteras, para extraer el mineral de Fe de la montera.
Figura núm. 3.- Esquema geológico
del domo subvolcánico de “La Crisoleja” con
las mineralizaciones epitermales asociadas.Tomado de G.
Ovejero (1976)
Las explotaciones de Fe de la
Crisoleja tuvieron gran importancia a finales del siglo
pasado y principios de éste, especialmente entre 1875 y
1902, con producciones del orden de las 300.000
toneladas año. La más importante fue la mina La
Lucera, desde donde se construyó una instalación de
cable aéreo o funicular para transportar el mineral de
Fe hasta la bahía de Portmán, donde con ayuda de
largos pantalanes atracaban los barcos mineraleros que
exportaban el mineral.
Hacia
1914 se abandonaron estas explotaciones de Fe ya que sus
bajas leyes, del orden del 30% de Fe, no las hacía
competitivas frente a los yacimientos del norte de España.
La foto número 11 es una fotografía de la época, de
la mina Lucera en actividad.
Desde la Crisoleja se puede disfrutar
de unas magníficas panorámicas sobre la bahía de
Portmán.
Foto núm. 11.- “Mina Lucera” en
actividad.
Una vez visitada esta zona se proponen
dos opciones. La primera consiste en retroceder
hasta el collado de la Cuesta de las Lajas y de allí
regresar hacia La Unión por lo que fue la primitiva
senda, anterior a la carretera del 33, que va por la
vaguada y pasa por los antiguos lavaderos de mineral. La
segunda opción, sólo para quienes tengan buenas
piernas, es continuar hacia Portmán. En este segundo
caso seguiremos el descenso de la carretera del 33 hacia
el sur, con la dificultad que implica la interrupción
de la carretera por la corta San José.
OPCIÓN 1: RETORNO A LA UNIÓN
4.9.- PARADA Nº 9.- COLLADO
DE LAS LAJAS. CUELLO VOLCÁNICO
Cuando
llegamos al collado tomamos el camino que sale a nuestra
izquierda y baja por la vaguada y que constituye
el primitivo camino de La Unión a la Cuesta de
las Lajas. Se trata de un camino bastante angosto e incómodo,
pero enormemente interesante.
Comenzamos observando los
micropliegues tumbados que afectan a los materiales
paleozoicos, especialmente bien visibles en las capas de
cuarcitas (foto núm.12). A continuación podemos
observar los indicios de actividad hidrotermal en la
roca, manifestados por la presencia de alunita y
jarosita en juntas y diaclasas. Descendiendo unas
decenas de metros por ese camino llegamos al cuello volcánico.
Se trata de un afloramiento ovalado de roca volcánica
(dacitas-traquiandesitas), rodeado de los esquistos
negros y cuarcitas del Paleozoico, a modo de ojal. Se
observa que en el contacto entre la roca volcánica y
las rocas encajantes hay una brecha formada por
fragmentos de esquistos y cuarcitas paleozoicos, y de
roca volcánica, producida por el efecto mecánico de la
ascensión magmática.
Foto núm. 12.- Micropliegues en las
cuarcitas N.Filábrides
La
erosión de la vaguada ha permitido el afloramiento de
este cuello de roca volcánica, ya que originalmente
esta apófisis magmática no llegó a alcanzar la
superficie. Ver esquema geológico de la figura 4.
Figura núm. 4.- Esquema geológico
del cuello subvolcánico junto al collado de “Cuesta
de las Lajas”.
El
afloramiento es enormemente didáctico y muy fácil de
observar debido al contraste de aspecto entre la roca
volcánica, masiva y de color crema, y los materiales
paleozoicos de color negro y esquistosidad muy patente
(foto núm.13).
Sobre la traquiandesita se pueden
observar distintos tipos de alteración hidrotermal con
partes sobresalientes, silicificadas y otras de mayor
extensión con menor relieve y de color blanquecino que
están caolinizadas. La presencia de un pozo sin brocal
cerca del extremo norte del afloramiento, hace preciso
que se tomen precauciones con esta visita en tanto no se
proteja con el preceptivo brocal por parte de quien
corresponda.
Foto núm. 13.- Contacto entre la roca
volcánica y el Paleozóico
4.10.- PARADA Nº 10 .- DIQUE
BRECHA
Continuamos
el descenso por la primitiva senda de Las Lajas, senda
que va tallada en la roca lo que nos permite observar la
naturaleza de la misma. Comprobamos que una buena
parte de la senda discurre excavada en un gran dique
brecha, lo que da al camino el falso aspecto de estar
empedrado, a modo de antigua calzada romana. La brecha
está formada por grandes bloques de esquistos y
cuarcitas paleozoicas, y está producida al parecer por
el efecto compresivo de una intrusión magmática
subyacente y el posterior efecto distensivo de colapso.
Foto núm. 14.- Contacto entre brecha
volcánica y los esquistos y cuarcitas
paleozóicos
En la foto número 14 se aprecia el
contacto neto entre la brecha y la serie de
cuarcitas y esquistos grafitosos del Paleozoico. Es éste
un afloramiento de gran rareza y de enorme interés
científico.
4.11.- PARADA Nº 11 .-
ANTIGUOS LAVADEROS DE MINERAL
Continuando el descenso se llega
al pie de la sierra, donde existían una serie de
lavaderos de mineral, cuya última etapa de actividad se
sitúa entre 1946 y principios de los años 60. En total
fueron cinco los lavaderos ubicados en esta vaguada al
pie de la Cuesta de Las Lajas: Uno para mineral de
cobre, llamado lavadero San José, propiedad de D.
Vicente Plazas. Tres lavaderos para mineral de estaño,
cuyos nombres eran los siguientes: Lavadero “La
Murciana”, propiedad de D. Eduardo Torralba, lavadero
“Sol vella” propiedad de D. Manuel Cánovas y
lavadero “Barranco del Infierno” propiedad del Sr.
Jiménez. El quinto lavadero de esta zona era para
sulfuros(galena, blenda y pirita) su nombre era “San
Isidoro” y pertenecía a la empresa Minera Celdrán.
Los lavaderos para mineral de estaño
empleaban el método gravimétrico o de separación en
base a la diferencia de densidad entre la
mena(casiterita) y las gangas(hematites y goethita,
cuarzo y silicatos). Para ello se utilizaban unos
dispositivos llamados “rumbos” consistentes en unas
estructuras de obra, circulares, donde el mineral
finamente molido en agua, se hacía girar, a modo
de una centrifugación lenta, con lo que los materiales
menos densos se desplazaban a los bordes y los más
densos se concentraban en el centro, entorno al eje del
rumbo. En la foto número 15 se puede ver uno de
estos rumbos cuando estaban en actividad.
El lavadero para sulfuros empleaba la
técnica de flotación, mediante la cual en base a las
propiedades superficiales de los distintos minerales, y
con la adición de ciertos reactivos químicos,
colectores y depresores, después de haber molido muy
finamente el mineral, se consigue en las llamadas celdas
de flotación, separar las menas (que flotan en el agua,
de las gangas, que se hunden.
Dejando
atrás los lavaderos, seguimos la senda que se dirige a
la estación de ferrocarril de FEVE de La Unión, donde
termina nuestro recorrido. Antes de llegar a aquélla
dejamos a nuestra izquierda los restos de la fundición
de plomo, llamada Trinidad del Rentero, cuyas escorias,
conocidas localmente como “gachas”, aún se pueden
ver en grandes piladas.
Foto núm. 15.- Instalaciones de
“rumbos” en un lavadero de estaño.
OPCIÓN 1I: CONTINUACIÓN DE LA
RUTA HASTA PORTMAN
4.12.- PARADA EN LA CORTA " SAN JOSÉ"
Tras dejar atrás el paraje de La
Crisoleja, continuamos por la ruta hacia el sur hasta
llegar al borde de la corta San José. La carretera
original está cortada en esta zona por las pistas
de acceso a esta explotación. Se puede llegar al
borde de uno de los bancos de la corta para contemplar
el enorme hueco dejado tras la explotación a cielo
abierto del mineral (foto núm. 16).
Foto núm. 16.- Aspecto de la cantera
“San José”.
Sería deseable habilitar en ese punto
un mirador y arreglar un poco el acceso hasta él, para
mayor comodidad y seguridad.
Existió aquí un grupo de minas,
originalmente subterráneas, de nombres Lolita,
Constancia, Amable, San José, Balsa, Depositaria, etc.,
en las que se explotaba mediante cámaras y pilares, una
mineralización estratiforme (el "segundo
manto" de los mineros), que en unas zonas era básicamente
de pirita (manto piritoso) y en otras muy rico en
blenda. La explotación subterránea, con la compañía
Zapata-Portman, cesó en los años 60. Posteriormente la
nueva compañía que absorbió a la anterior, Peñarroya-España,
S.A., reconvirtió estas antiguas explotaciones subterráneas
en una gran explotación a cielo abierto, que permitió
el aprovechamiento integral de las reservas de la zona,
acabando su explotación en 1987.
En toda esta zona de la vertiente sur
de la sierra, la actividad minera a cielo abierto, ha
producido un impresionante impacto sobre el paisaje, más
que por las cortas en sí, por las enormes escombreras,
procedentes del desmonte de aquéllas. En la actualidad
la legislación minera no permite tales actuaciones y
exige la restauración del entorno después de una
actividad minera; con lo cual las escombreras deben ser
integradas en el paisaje, a base principalmente
del suavizado de taludes y de la revegetación de las
escombreras.
Para continuar hacia Portmán, aunque
la carretera del 33 está interrumpida por la
excavación minera, se puede descender bordeando
por el talud este de la corta San José,
hasta llegar al extremo sur de ésta, donde
reencontramos la carretera original junto a unos
antiguos hornos de tostación de mineral (foto 17).
Foto núm. 17.- Horno de tostación al sur de cantera
“San José”
4.-13 PARADA EN
LA SURGENCIA DE LA RAMBLA DE LA CRISOLEJA
Se
desciende por la ruta hacia el sur y a unos 350 metros
de los hornos nos encontramos con una surgencia de
agua (foto núm. 18), muy llamativa en un entorno
tan árido, y que está activa incluso en el verano. El
agua mana de una galería de mina, excavada en los mármoles
Nevado-Filábrides, situada a unos pocos metros por
encima de la cota de la carretera. Las aguas de la
surgencia, fuertemente mineralizadas, precipitan sales
minerales, principalmente sulfatos de Fe y de calcio,
que han originado unas coladas de fuertes coloraciones
ocres, constituyendo un punto de gran interés didáctico.
Figura núm. 18.- Surgencia de aguas
de mina
4.14.- ENTRONQUE CON LA CARRETERA Y
FIN DE LA RUTA
Desde la última parada la carretera
continúa más o menos rectilínea y con suave pendiente
permitiéndonos llegar cómodamente a la carretera de
asfalto de La Esperanza a Portmán, donde nos puede
esperar un vehículo de apoyo para regresar nuestro
punto de origen.
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