Reducción del uso de plaguicidas en agricultura para una transición verde
El objetivo del proyecto europeo SPRINT es reducir los posibles efectos negativos del uso de fitosanitarios en el medio ambiente y salud humana
Más investigación aplicada, un marco regulatorio único y el apoyo económico son tres de los ejes imprescindibles para la reducción del uso de plaguicidas en agricultura para una transición verde. Son algunas de las conclusiones a las que han llegado los más de 30 investigadores, técnicos de empresas de fitosanitarios y control biológico, organizaciones agrarias y profesionales, durante el taller del proyecto europeo H2020, SPRINT, (Transición sostenible en la protección de las plantas: Un enfoque de salud), celebrado en la Escuela de Ingeniería Agronómica de la UPCT.
Durante el encuentro, celebrado este jueves, los expertos plantearon alternativas necesarias para eliminar las barreras que bloquean la reducción de plaguicidas.
Coincidieron en que el cambio “deberá ser paulatino y guiado por la demanda, con el acuerdo todas las partes implicadas, la especificidad de cada caso y de cada cultivo, y con el apoyo de todos los agentes implicados, jugando las administraciones públicas un papel clave”, explican los investigadores responsables Josefina Contreras y Francisco Alcón. Además resaltan que los costes del proceso “no pueden recaer sólo sobre el agricultor”,añaden.
Los investigadores presentaron en el taller los hallazgos del proyecto y el control biológico del pimiento como caso de éxito en la reducción del uso de plaguicidas. A partir de este caso, los participantes debatieron sobre las alternativas necesarias para eliminar las barreras que bloquean la reducción de plaguicidas en los cultivos de la Región de Murcia y aportaron posibles soluciones para lograr los objetivos de la UE en el ámbito del Pacto verde Europeo.
En el proyecto SPRINT (Sustainable Plant Protection Transition: A Global Health Approach SFS-04-2019-2020), participa un consorcio de institutos de investigación y universidades de 11 países europeos junto con colegas en Argentina y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Los investigadores están desarrollando una serie de herramientas de evaluación de riesgos para la salud mundial con el objetivo de evaluar el impacto de los plaguicidas en la salud humana y los efectos adversos en las plantas, los animales y los ecosistemas. Además, esta investigación intenta identificar las vías y barreras que existen para la transición y dejar de usar plaguicidas a la vez que desarrollar políticas y recomendaciones que apoyen este cambio acorde con la Agenda 2030.
Coordinan el proyecto en la UPCT Josefina Contreras, del área de Producción Vegetal, y Francisco Alcón, del área de Economía, Sociología y Política Agraria, quienes esperan “hacer una contribución significativa a las estrategias de la UE ‘de la granja a la mesa’ y sobre biodiversidad".