Lola Cano, doctora en ingeniería de Telecomunicación y catedrática de la Universidad Politécnica de Cartagena, señala riesgos y oportunidades de la Inteligencia Artificial. En una entrevista reciente en Onda Regional explica que es necesario formar primero a las personas, antes de que utilicen la IA.

La inteligencia artificial (IA) está revolucionando la educación al permitir avances como la personalización del aprendizaje, la mejora en la administración escolar o el análisis de datos educativos. Aunque algunos docentes pueden mostrar cierta resistencia inicial, la formación en IA es cada vez más accesible y necesaria para mantenerse al día en el entorno educativo actual, donde la tecnología está desempeñando un papel central en la mejora de la enseñanza y del aprendizaje.

Según declaró, "tenemos que decidir cómo queremos usar la Inteligencia Artificial, que no sea ella la que nos use. Si vamos aceptando todo lo que nos va poniendo, al final estamos siendo víctimas y cerrando nuestra capacidad de pensar".

La doctora en ingeniería de Telecomunicación y catedrática de la Universidad Politécnica de Cartagena, asegura que tenemos que aprender a dominar a la Inteligencia Artificial pero aceptando a la vez las posibilidades que nos ofrece. "Hay que abrazar la tecnología, pero hay que abrazarla para dominarla", expresaba la catedrática, quien también dirige el Máster online en Ciberseguridad de la UPCT.

Respecto a la ley europea sobre Inteligencia Artificial, para Lola Cano, se trata de una legislación que queda corta, pues considera esencial que los productos de cualquier tipo hechos con tecnología deberían identificarse así, con una etiqueta.

Esta iniciativa se realiza en el marco de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiadas por la Unión Europea (Next Generation), el proyecto del Gobierno de España que traza la hoja de ruta para la modernización de la economía española, la recuperación del crecimiento económico y la creación de empleo, para la reconstrucción económica sólida, inclusiva y resiliente tras la crisis de la COVID19, y para responder a los retos de la próxima década.