Juan Antonio Abril, alumno con TEA: «Hay que entender que todos tenemos nuestras cosas»
La UPCT conversa con un estudiante a punto de concluir el máster en Arquitectura y con las asociaciones Astrade y Asteamur con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo
Aficionado desde pequeño a dibujar planos de ciudades, Juan Antonio Abril Ortega optó por estudiar Arquitectura por su interés en el urbanismo y el modelado 3D. Tras graduarse en Fundamentos de Arquitectura está concluyendo el máster habilitante mientras hace prácticas en MEII Estudio. Es de Cehegín, tiene 25 años y, con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, cuenta su historia de superación.
Define como una “etapa intensa” su experiencia estudiando Arquitectura en la UPCT, “con momentos de mucha alegría cuando consigues resultados, pero también con momentos de mucho, mucho trabajo”. Dificultades comunicativas y organizativas, para compaginar las entregas de trabajos, han sido los principales obstáculos que ha renido que derribar en una carrera que requiere, para todos, una gran dedicación y esfuerzo. “Constancia y precisión” han sido sus recetas para sacar adelante los estudios.
De sus compañeros universitarios destaca que son “más comprensivos con mi condición” que los que tuvo en las etapas educativas previas y de sus profesores resalta el apoyo de sus directores del Trabajo Fin de Grado y Fin de Máster, Fernando García y Patricia Reus.
Vive entre Cartagena y Cehegín y asegura desenvolverse bien solo, aunque echa en falta una mejor comunicación mediante autobús entre ambas localidades.
Como consejo para otros estudiantes con capacidades especiales, Juan Antonio les recomienda pedir ayuda si la necesitan. “Contar las cosas y exteriorizar la situación es bastante importante”, afirma, lamentando no haberlo hecho más, y les sugiere poner las complicaciones académicas en su contexto. “Cuando viene la vorágine de entregas hay mucha tensión, pero no es lo único que hay en la vida, también están la familia, los amigos y la salud. Hay que buscar un equilibrio”, reflexiona.
Y pide empatía para entender a los demás sin caer en prejuicios. “Hay que entender que cada uno tenemos nuestras cosas”
Patricia Reus, quien le dirige el TFM y le dio clase también en el grado, recuerda que Juan Antonio “fue el primer alumno que me hizo ver que hay estudiantes con distintas capacidades que requieren una atención individualizada. Para mí fue una experiencia docente muy estimulante y desde entonces siempre pregunto en clase si hay alguien con necesidades especiales”, cuenta la docente, quien destaca del alumno ceheginero sus “ganas de aprender” y su generosidad con los compañeros.
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La Universidad Politécnica de Cartagena conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo publicando la grabación de un coloquio con el alumno Juan Antonio Abril, con responsables de las asociaciones de familiares y personas con TEA Asteamur y Astreade, y con los encargados de Atención a la Diversidad y de fomentar la inclusividad en la UPCT.
Se estima que 1% de la población se encuentra dentro del espectro autista y, entre estas personas, únicamente el 30% tiene discapacidad intelectual, según los datos facilitados por Víctor Díez Belmonte, responsable de Innovación de Astrade, quien explica que “hablamos de espectro para referirnos a la gran diversidad que existe dentro de este colectivo, con necesidades de apoyo muy distintas” y recuerda que el autismo tiene dos características principales: las alteraciones socio-comunicativas y las dificultades de flexibilidad en el pensamiento y el comportamiento.
“Los perfiles de autismo grado 1, anteriormente encuadrados como síndrome de Asperger, comparten mayoritariamente una gran memoria a largo plazo, mucha meticulosidad, detallismo y pensamiento lógico, y encuentran su sitio en disciplinas que exigen de precisión, como las científico-técnicas”, detalla, añadiendo que también destacan por su “honestidad y sentido ético por la justicia. Nos ofrecen un pensamiento fuera de lo convencional”, concluye.
Desglosar las tareas, delimitar los plazos y utilizar un lenguaje claro, conciso y no abstracto son algunas de las adaptaciones, sencillas pero eficaces, que pueden hacer los docentes para facilitar la labor académica de sus estudiantes con TEA, enumera la psicóloga y coordinadora técnica de Asteamur, Marta Muñoz de León, quien también les pide una supervisión periódica de los trabajos en marcha, especialmente en caso de trabajos grupales, por las mayores dificultades que presentan para este alumnado. “Formar al profesorado universitario es muy importante, porque aunque no tengan a ningún alumno con TEA, lo van a tener en un futuro”, argumenta
Del alumnado de la UPCT que este año ha solicitado ayuda en la Unidad de Igualdad y Diversidad, el 13% tiene diagnosticado TEA. “Estamos para hacer valer sus derechos”, asegura la técnica del servicio, Marta Baleriola, recordando la obligación de los docentes de realizar adaptaciones curriculares para garantizar una educación inclusiva.
“Realizamos jornadas de sensibilización y ofrecemos a nuestros estudiantes actividades de voluntariado en inclusividad y una beca de colaboración para ayudar al alumnado con autismo, con las que se consiguen competencias transversales y un enriquecimiento personal muy valioso”, añade el jefe de Extensión Universitaria de la UPCT, Pedro Luján.