La Escuela de Infantería de Marina distingue la labor de los estudiantes de la UPCT

Publicada el 03.Jun.2011
3.junio.2011.-Los 107 estudiantes de la Universidad Politécnica de Cartagena que el pasado 2 de abril participaron en la segunda edición de la Ruta de las Fortalezas recibieron ayer un diploma de agradecimiento por parte de la Escuela de Infantería de Marina ‘General Albacete Fuster’.

El comandante de la Escuela, Miguel Flores, entregó también dos banderas de mochila a la Casa del Estudiante de la UPCT y al presidente del Consejo de Estudiantes, Martín Puente, por su esfuerzo personal en la organización de la bolsa de voluntarios que hizo posible la participación de los universitarios.

“Para nosotros, la organización de este año era todo un reto, sobre todo por el éxito de la primera edición y porque este año teníamos menos personal militar a nuestra disposición. Gracias a la UPCT y a sus estudiantes fue posible paliar esa carencia y el resultado ha sido muy positivo”, subrayó el responsable de la Escuela durante un acto que tuvo lugar en la Casa del Estudiante.

Los más de cien estudiantes que colaboraron en la prueba, en labores de asistencia a los participantes, realizaron un cursillo de formación dirigido por personal de la base.

El comandante Miguel Flores animó a los estudiantes que quieran ampliar sus conocimientos en las técnicas de la orientación, la interpretación topográfica y el senderismo a participar en el Curso de Navegación Terrestre, que realiza la Escuela de Infantería dentro de la programación de los Cursos de Verano de la UPCT.

Por su parte, el Vicerrector de Estudiantes y Extensión Universitaria, Francisco Martínez, destacó que con iniciativas de este tipo los estudiantes demuestran que son capaces de colaborar de forma activa en actividades que repercuten positivamente en la sociedad.

Nota. La bandera de mochila formó parte del equipo del soldado en el Ejército Español, entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX. En su origen se entregaba a todos los soldados que partían hacia África.

Su utilidad era variada: En el cuartel o en el campamento servía de cobertor para las pertenencias del soldado depositadas sobre la percha del dormitorio. En campaña se llevaba dentro de la mochila, utilizándose como señal para indicar la presencia de las tropas españolas en la toma de un objetivo. Cuando el soldado moría en el combate, en tierra extranjera, era cubierto con esta bandera, antes de ser enterrado. Licenciado, el soldado se la quedaba como un recuerdo y un testigo de su vida militar cumplida.