Un@ de los Nuestros: «Hay que seguir adelante. La vida es esfuerzo»
Todo un luchador. Campeón de vehículos de radiocontrol, estudiante sin un sólo un suspenso, con alguna matrícula de honor y la máxima nota de su clase en Física. Juan Guillermo Carrasco (San Pedro del Pinatar, 1998) estudia el grado en Ingeniería Telemática pese a las trabas a consecuencia de la distrofia muscular de Duchenne, que padece desde su infancia. Su vida es una carrera diaria. En la Universidad convive con la solidaridad, el esfuerzo y la superación personal. Cuando compite, se propone alcanzar a la meta y, en la Universidad, tiene claro que logrará su meta profesional: «Aunque no me salga a la primera, pero la vida es esfuerzo y constancia».
¿Cuándo decidiste ser ingeniero?
Me gustaba la tecnología, pero no lo tuve claro hasta el último momento. Decidí estudiar Teleco cuando vine a visitar la UPCT con mi instituto, el Manuel Tárraga. Cuando llegué a esta Escuela me convenció el profesor que nos habló de la carrera, José Víctor Rodríguez.
¿Qué dijo el profesor como para convencerte?
Nos enseñó como esta carrera podía implementarse en la realidad. Eso me interesó muchísimo.
¿Qué es lo que más te está gustando de la Universidad?
Las prácticas. Ver la aplicación de lo que estamos estudiando. Si no fuera así, la teoría me resultaría una abstracción y no sabría implementarlo en el mundo laboral.
¿Cómo te apañas en clase?
Yo atiendo al profesor y los compañeros me pasan los apuntes. Como no me da tiempo a copiar antes de que borre el profesor, atiendo, entiendo lo que explican y luego me lo pasan. Cuando llegan los exámenes, tengo algo más de tiempo, me permiten ir al baño y a veces respondo oralmente a las preguntas teóricas.
¿La Universidad está bien adaptada a personas con alguna discapacidad?
Sí, lo único que mejoraría son los laboratorios porque las mesas son muy altas, pero siempre me bajan las cosas y me ayudan. También tengo unas mesas adaptadas.
¿Cómo es tu día a día?
Me levanto 7:30 para estar en la Escuela a las 9:00. Tengo clase todas las mañanas y por la tarde, voy una hora y media a rehabilitación y después, a estudiar hasta la una o las dos de la madrugada. Depende del día, pero me falta tiempo. Me cuesta todo el doble, pero me adapto a como es mi vida con la enfermedad y ya está.
¿Crees que tu ejemplo ayuda a las personas a vivir el día a día de su enfermedad?
La verdad es que no lo sé. Sólo espero que vean que aunque su enfermedad pueda poner límites y trabas, con constancia y un poco de ayuda se puede conseguir cualquier cosa que se propongan.
¿Qué te hace seguir adelante? ¿Qué te hace luchar?
Lo que me hace seguir hacia delante es conseguir todas mis metas. Siempre que me propongo una nueva meta lucho y doy todo lo mejor de mí para conseguirla.Lo que me hace luchar es que a pesar de mi enfermedad se que puedo hacer cualquier cosa si me la propongo, con determinación y constancia.
¿Qué le dirías a los jóvenes que no se ven con fuerzas para superar momentos difíciles? Que aunque el momento sea duro y lo vean todo muy difícil es mejor que nunca se agobien ni tiren la toalla. Hay que ver cuál es el problema e intentar no buscar una solución rápida y fácil, sino tratar de arreglar las cosas poco a poco e ir paso a paso. Que tengan presente que en esta vida todo tiene solución y aunque a veces parece que no haya salida, siempre la hay.
¿Qué aficiones tienes?
Compito con vehículo de gasolina de radiocontrol.
¿Desde cuándo compites con vehículos de radiocontrol?
Desde que tenía nueve o diez años. Participo en competiciones nacionales, internacionales. El año pasado me quedé el 22 de España y el séptimo de Levante.
¿Cómo es tu coche?
Es un Kyosho, que en una recta puede alcanzar hasta los 80 kilómetros por hora. Practico todos los fines de semana que puedo. La verdad es que me falta tiempo para todo.
¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre, aparte del coche?
Tengo poco, entre ir a rehabilitación, los estudios y los coches, me faltan horas al día.
Llevas la solidaridad dentro de ti. Protagonizaste una gala benéfica en la que se recaudó más de 18.000 euros para la Fundación para la investigación de Enfermedades Neuromusculares, Distrofias Musculares y otras Enfermedades Raras que preside Isabel Gemio.
¿Qué te aportó esa experiencia?
Ayudar a otras personas me ayudó también a mí. Yo tengo la misma enfermedad que el hijo de Isabel Gemio. Por éso soy consciente de la importancia que tiene la investigación.
¿Tu vida es una carrera diaria?
Por supuesto. Esta enfermedad me va debilitando los músculos. De pequeño podía salir en bici, jugar al fútbol, pero ahora ya no. He ido perdiendo el equilibrio y ahora necesito ayuda para todo. Yo intento hacer las cosas como si fuese uno más. Aunque necesito ayuda para todo, excepto para pensar. Hay que seguir luchando.
¿Un mensaje de ánimo a personas a que no se atrevan a venir a la Universidad por alguna limitación física o a quienes quieren alcanzar su meta?
Hay que intentarlo. Hay que seguir adelante. Aunque no te salga a la primera. La vida es esfuerzo.